Hoy entrevistamos a Hiliana García, la artífice de D´hiliana, una marca de bolsos y mochilas handmade que pretende poner un poquito de color, diseño y comodidad a personas inquietas, a la vez que pretende potenciar otra forma de consumo, más consciente y responsable. En esta entrevista podremos descubrir su evolución como emprendedora, sus ilusiones e incluso su forma de trabajo. Os recomendamos seguir muy de cerca a esta emprendedora.
«Es un proyecto muy personal en el que pongo todo en cada trabajo, por eso se llama D´hiliana, porque es de mi, Hiliana, para ti.»
Háblenos de usted. ¿Antes de convertirse en diseñadora, estudió y/o trabajó en otras cosas?
Estudié bellas artes y me especialicé en restauración de obras de arte, algo que me apasiona. Como todo lo que sea crear, trabajar con las manos, diseñar, transformar… He hecho un poco de todo, pero lo que realmente me hace feliz es crear.
¿Cómo decidió dar el paso y luchar por su sueño? ¿Cómo nació la idea de crear D’Hiliana?
Pues como a muchos la crisis me cogió de lleno. Ha sido difícil, ¡para que nos vamos a engañar! Pero ahora lo veo como el germen de la semilla que te impulsa y te fuerza a mirar más allá, a ponerte a prueba y crear tus propias alternativas.
A mi me gusta crear y trabajar con las manos, y como siempre he sido inquieta en esto de saber y aprender cosas nuevas, pues me regalaron una máquina de coser allá por 2014 y empecé a experimentar.
Mientras experimentaba pues trabajé como auxiliar administrativo, en comercios, un amago de oposiciones que no se celebraron, formaciones, … Pero llega un día en que la vida te sacude y es el momento de decidir quién eres y qué quieres y si vas a seguir dejando que las circunstancia marquen tu camino. Así que rechacé continuar donde trabajaba, con contrato indefinido de por medio, decidí dejar el mundo oposiciones y apostar por un proyecto profesional y personal como es el emprendimiento. Porque si, emprender también es un camino de crecimiento personal.
Hasta ese momento hacía un poco de todo en lo que a creaciones textiles se refiere. Pero para lanzar una marca pues tenía que definir bien la filosofía que había detrás y focalizarme en una línea de productos. Tenía las ideas muy claras y quería hacer las cosas bien, así que estuve durante 8 meses formándome en el CREA , un servicio de apoyo y formación para emprendedores del ayuntamiento de Sevilla. Y durante ese tiempo pues la imagen, nombre y arquitectura de D´hiliana, fue tomando forma.
Es un proyecto muy personal en el que pongo todo en cada trabajo, por eso se llama D´hiliana, porque es de mi, Hiliana, para ti.

Háblenos del proceso de fabricación. ¿Cómo es el trabajo que hay detrás de sus creaciones? ¿Es sencillo el proceso de fabricación?
En D´hiliana todo es hecho a mano, todo, y además soy autodidacta, por lo que el proceso de fabricación es algo que he ido perfeccionando a base de ¡ensayo y error!
Procuro llevar un estricto orden para optimizar al máximo el tiempo, el espacio y la limpieza en el taller. Una de las cosas que más me gusta de mi trabajo es experimentar y hacer cosas nuevas, ¡aprender a fin de cuentas! Así que me encanta que me propongan nuevos retos.
Podría dividir mi trabajo en dos categorías: la producción de piezas de colección y los encargos personalizados. Ambos comparten procesos, salvo que en los segundos hago partícipe al cliente para dar forma a la idea que le ronda por la cabeza. El cómo surge la idea de un bolso o mochila lo dejo a la inspiración, es algo que te viene y ya está. Bien inspirado por un momento, circunstancia, color, necesidad. Supongo que es la conjunción de estar con la mente abierta y las ideas en ebullición.
¿Podría resumirnos cuáles son las fases de su trabajo? Desde la idea hasta el producto final.
Pues resumiendo a grandes rasgos, las distintas fases serían:
- Diseño: Lo primero que hago es un boceto en perspectiva a lápiz de la idea en cuestión, de cómo me gustaría que quedara, medidas, diseño, …
Luego toca estudiar cómo hacerlo factible: despiece del diseño, materiales más adecuados, patrón, … - Corte: Dependiendo del modelo será necesario elaborar plantillas de corte o no. Y procedemos a cortar todas y cada una de las piezas: tela, forro, entretelas. En esta fase me gusta incluir el planchado y confección de piezas como asas, bolsillos interiores y exteriores y costuras previas al montaje de la pieza en cuestión, así como la aplicación de entretelas.
- Decoración: Algunos de los trabajos incluyen trabajos de pintura realizada a mano o aplicaciones textiles que se realizan antes de proceder al montaje de la pieza.
- Confección: Una vez están todas la piezas listas, procedo al montaje cual puzle del bolso o mochila en cuestión. Con la ayuda de mi inseparable amiga, la máquina de coser, vamos dando forma y cuerpo a esa pieza. A veces es el proceso más farragoso porque coser determinadas piezas del revés es un poco complicado y cuando se trabajan materiales duros la cosa se complica aún más.
- Planchado y finalización: Dependiendo del modelo habrá un planchado final del derecho de la pieza y se aplican las piezas de fornituras, cadenas, repaso de costuras decorativas y demás para finiquitar la pieza.

¿Es usted la encargada de realizar los diseños y la elaboración de todas sus creaciones? ¿O ahora cuenta con un equipo de diseñadores detrás?
Todo lo que se ve detrás de D´hiliana está hecho por una servidora. Desde la web, fotografías, RRSS, diseño, confección,… lo que viene siendo ¡mujer orquesta!
Vemos que diseña mochilas urbanitas, mochilas sacos, bolsos clutch… ¿cuál es el producto con mejor acogida?
Mochilas urbanitas y mochilas saco son los productos que más me caracterizan y que mejor funcionan. Se trata de piezas muy prácticas y ponibles que hacen la vida más sencillita. Mi idea era crear piezas polivalentes para gente activa y práctica. Por eso creo que funcionan, porque unen practicidad, calidad y diseño.
¿Cuál es el diseño que recuerda con más cariño, el más especial?
UUff ¡ahora no sabría decirte! Por un lado, supongo que la primera mochila urbanita que llevé a un market y causó sensación. Era la primera vez que la hacía y no se la había enseñado a nadie, y la acogida me sorprendió.
Pero una de las sensaciones que más me gusta es cuando un cliente me hace un encargo personalizado y ver su cara cuando lo ve materializado.

¿Qué opina del fast fashion, es decir, de la moda de usar y tirar?
Pues que no somos realmente consciente del problema que estamos generando. El impacto medioambiental, económico, el consumo desmedido es insostenible. Pero no queremos verlo porque creemos que no nos afecta. Lo único que vemos es que podemos comprarnos camisetas a 3 euros y bolsos a 20. Y ya está.
Lo que no vemos es que cada vez que compramos esa camiseta a 3 euros o a 10 estamos apoyando que las empresas se vayan a producir a países de mano de obra barata en la que las condiciones de trabajo no las quisiéramos para nosotros. Estamos apoyando procesos de producción altamente contaminantes por lo tintes y tejidos que se usan. Estamos apoyando a multinacionales que se comen el tejido empresarial local con los que es imposible competir porque se apoyan en todo lo anterior para ser más competitivos en precios. Y más cosas que no queremos ver.
Porque pensemos un momento en una camiseta, normal y corriente, una simple camiseta. Esa camiseta requiere algodón para su confección. Algodón que debe ser cultivado, cuidado, recogido y tratado hasta ser el rollo de tela que se usa para la confección. Ese rollo hay cortarlo, coserlo y demás hasta tener una camiseta. Y luego viene de un país X, en barco o avión. Ha de ser clasificada y llevada de nuevo por un trasportista hasta la tienda donde alguien la ha colocado y otra te la va cobrar, en un local que, por lo general, es carísimo de mantener. Y todo esto por 3, 5, 10 o 15 euros. ¿de verdad pensamos que eso no hace aguas por todos lados?
Pero claro, ojos que no ven corazón que no siente y al final solo vemos nuestro sueldo y lo que realmente nos podemos permitir. Es el círculo de la pobreza como ilustra una frase cuya autoría desconozco que dice: “Detrás de una camiseta de tres euros hay dos pobres, el que la compra y el que la cose. Cada uno en una parte del mundo. En el medio el explotador, que une la necesidad de las dos pobrezas en su beneficio.” ¿La solución? Concienciación: Comprar menos, aprovechar más, reutilizar, intercambiar, comprar de vez en cuando a algún diseñador local o artesano.
¿Pensaba usted que su marca tendría tan buena acogida entre el público?
Emprender da miedo. Es un salto de fe. Literalmente. Al menos en mi caso. Porque una cosa es moverte en tu circulo y alrededores y otra muy distinta abrirte al gran público. Aun me queda mucho por recorrer pero estoy tremendamente agradecida a todas esas personas que hacen día a día posible esta aventura.
¿Qué tipo de cliente es el perfil que adquiere una de sus piezas?
Pues la verdad es que bastante ¡variopinto! Es cierto que el grueso son mujeres, activas y diría que hasta aventureras. Porque buscan comodidad, practicidad en un diseño polivalente. Productos que le permitan moverse en varios ámbitos sin necesidad de tener una pieza para cada ocasión. Dado el diseño de mis piezas, muchas de ellas la usan para viajar porque te permite llevar una sola pieza que se adapta a distintas situaciones, y eso, en el equipaje de mano, siempre es un ¡plus!

¿Cómo se siente tras haber podido cumplir su sueño y dedicarse a lo que realmente le apasiona?
Feliz, feliz, feliiiiiz.
Esto no ha hecho más que empezar y no es fácil…nada fácil, pero contaba con ello. Así que lejos de verlo como algo negativo lo vivo como un aprendizaje continuo. Las cosas buenas y las no tantas se convierten en un maestro diario, en una herramienta de crecimiento a la que no podría haber accedido de no haberme lanzado a esto del emprendimiento.
Así que doy gracias todos los días por tener la oportunidad, las ganas y la valentía de apostar por lo que me hace sentir bien, en paz. Por todo lo que he aprendido y voy aprendiendo sobre mi misma y mis capacidades. Romper barreras, vivir con la incertidumbre, ponerte a prueba, aprender algo nuevo cada día. Por todo lo que ha venido a mi vida desde el día que decidí dar el paso.
Me siento tremendamente afortunada de tener la oportunidad de apostar por mi proyecto y sentir el apoyo incondicional de mi familia y amigos. La aventura continua y queda mucho por vivir y aprender de todo esta bendita locura que es emprender, pero por todo lo vivido y aprendido, merece la pena.
Pues nosotros, desde Navigant Project estaremos ahí también para verla disfrutar y triunfar con su proyecto.
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